10a Caravana de Madres Centroamericanas «Puentes de Esperanza»

El pasado 29 de noviembre la IM-Defensoras, junto a organizaciones con trabajo de mujeres migrantes, recibimos a la X Caravana de Madres Centroamericanas «Puentes de Esperanza«. Durante cuatro horas conocimos sus historias y pudimos compartir las reflexiones feministas sobre los factores que incrementan el riesgo de las mujeres en contexto de migración. La jornada concluyo con la elaboración de un mural colectivo.
 
 

Durante el día 30 de noviembre, la X Caravana de Madres Centroamericanas «Puentes de Esperanza» fue recibida por organizaciones Oaxaqueñas incluyendo a la IM-Defensoras, la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de México y la Red Estatal de Defensoras de Derechos Humanos de Oaxaca. Además de participar en una reunión cerrada con las integrantes y de generar mucha información radial, las compañeras oaxaqueñas organizaron un mitin en el Zócalo, oportunidad en donde se leyeron muchos de los mensajes de apoyo, como el de la IM-Defensoras que  les compartimos a continuación:

 

Oaxaca, 30 de noviembre del 2014

MENSAJE DE SOLIDARIDAD DE LA INICIATIVA MESOAMERICANA DE MUJERES DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS (IM-DEFENSORAS) A LA CARAVANA DE MADRES CENTROAMERICANAS “PUENTES DE ESPERANZA”

Admiradas y estimadas compañeras,

Reciban el saludo y el abrazo solidario de las más de 300 defensoras de derechos humanos de México, Guatemala, Honduras El Salvador y Nicaragua que integramos la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras).

Por décimo año consecutivo sus pasos resuenan por los caminos de nuestra Mesoamérica llenando de dignidad, de esperanza y de amor el vacío de las huellas que han ido dejando sus hijos e hijas al marchar tras el sueño de una vida mejor.

Nos duele infinitamente esta Mesoamérica que expulsa a sus hijos e hijas de sus hogares, empujándoles a tomar caminos plagados de retos y peligros, lejos de los seres queridos, a la intemperie inmoral de unas sociedades que no son capaces de responder a sus sueños y necesidades más elementales.

Nos duele esta Mesoamérica en la que los gobiernos no saben escuchar el llanto de una madre, que no alcanzan a darle la respuesta que con tanto afán busca, que amparados en burocracias y falsas promesas, en mentiras, políticas migratorias y complicidades criminales a todos los niveles, exprimen el dolor hasta los límites de lo soportable.

Nos duele esta incertidumbre de no saber donde están nuestros hijos e hijas, pues mientras no lo sepamos, mientras como sociedades no seamos capaces de dar una respuesta a su digno y legítimo reclamo, también son nuestros y de toda la ciudadanía corresponsable del bien colectivo, de la justicia y de la dignidad en nuestros pueblos.

Y no obstante el dolor, al verlas a ustedes, compañeras, al oírlas, al sentir bajo nuestros pies el temblor de su paso firme, también alumbramos una poderosa esperanza: la esperanza de encontrarlos, más tarde o temprano, reencontrando junto a ellos la dignidad que como sociedad hemos perdido. Y es por ello que afirmamos que ninguna búsqueda es en vano.

Su marcha, compañeras, es en sí una denuncia que recuerda que las personas no son mercancías ni daños colaterales; es un constante ir esculpiendo la dignidad y la justicia; un paulatino e incansable camino que labra las respuestas que, sin excepción, serán los frutos de un amor que rebasa los límites y las fronteras de este sistema bárbaro e inhumano que gobiernos de todos los niveles, empresas o cárteles nos quieren imponer como única alternativa.

Su digno ejemplo, compañeras, se derrama por estos caminos y, sin duda, fecunda los corazones de quienes hallan a su paso. Por ello, nosotras, defensoras del territorio, de la tierra, del aire, del agua, del trabajo digno, de nuestros cuerpos, de la verdad y la justicia, de la paz y la igualdad entre los seres humanos, solteras, viudas, casadas, madres, empleadas, campesinas, lesbianas, trasnsexuales, mestizas, indígenas, de la ciudad, del campo, del mar, de la montaña… mujeres todas, hermanas todas en la esperanza de un mundo mejor, hoy nos unimos a su camino, hacemos nuestra su incansable búsqueda y su reclamo, y fundimos nuestras voces y alientos en un solo grito, en la exigencia de una respuesta: ¿Dónde están?

Finalmente, el día 1 de diciembre, la Comisión de Autocuidado de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos de Mexico realizó una intervención de autocuidado con las integrantes de la Caravana, quienes partieron a las 11:00 hrs. rumbo a su siguiente destino.