- La resolución del Tribunal Superior de Justicia evidencia las redes de complicidades y la cadena de impunidad en Oaxaca
- A más de cinco años del feminicidio y de los demás delitos cometidos, el acceso a la justicia sigue siendo nulo
El pasado 10 de julio, fue notificada la resolución de la Sexta Sala Penal Colegiada del Tribunal Superior de Justicia del Estado mediante la que desestima la sentencia emitida en primera instancia. De esta manera, se retrocede en el único avance con el que se contaba hasta el momento, en relación al entramado de delitos que fueron cometidos alrededor del feminicidio de María del Sol Cruz Jarquín.
La resolución del Poder Judicial demuestra total parcialidad al posicionarse a favor del delincuente Heliodoro Altamirano Charis. Efectivamente, refiere que “su empleo era importante”. Descalifica también su grado culpabilidad al definirla como media – y ya no alta-. Refiere finalmente que no se acredita la existencia de las fotografías de María del Sol, negando así valor a su obra artística.
El 2 de junio 2018, María del Sol Cruz Jarquín, quien fungía como jefa de Comunicación Indígena Intercultural de la entonces Secretaría de Asuntos Indígenas del Gobierno del Estado, fue víctima de feminicidio en Juchitán de Zaragoza. Lugar en donde se encontraba, obligada por quien era su jefe, Francisco Montero López, para cubrir la campaña electoral de su hermano Hageo Montero López.
Sabiendo ya del asesinato de Maria del Sol, Heliodoro Altamirano Charis, entonces funcionario de la Secretaría de Asuntos Indígenas, se presentó en el hotel donde estaba hospedada María del Sol y se apoderó ilegalmente de su computadora, cámara fotográfica y de video mismo que contenía fotografías del trabajo que estaba realizando María del Sol en este momento, así como su obra artística de más de 10 años.
Soledad Jarquín Edgar denunció inmediatamente este robo que a todas luces buscaba desaparecer información de la labor que realizaba María del Sol. De manera constante estuvo denunciando la falta de avances y exigiendo justicia en este y demás delitos cometidos alrededor del feminicidio. El acusado enfrentó todo el proceso en libertad y fue hasta finales de 2020 que se llevó a cabo la primera audiencia. En octubre 2022 fue dictada finalmente sentencia condenatoria a 13 años 4 meses. Pese a ello, el sentenciado continuó disfrutando de su libertad, y se amparó contra la resolución.
Hoy, el Poder Judicial dicta una nueva resolución parcial que disminuye la pena de 13 a 9 años con 7 meses, desestima la gravedad de la culpabilidad y niega valor a la obra artística contenida en el equipo de trabajo robado.
El Poder Judicial del Estado de Oaxaca tuvo en sus manos la posibilidad de enviar un claro mensaje a la sociedad, en el sentido de que la violencia no será tolerada ni permitida, y que, por el contrario, será sancionada; sin embargo de nueva cuenta demuestra el menosprecio a las víctimas y evidencia las redes de complicidades, entramados y causas estructurales que permiten la impunidad en Oaxaca.
Una vez más se demuestra que en Oaxaca se asesina la justicia. Seguiremos exigiendo justicia y evidenciando el actuar del Poder Judicial del Estado y de las demás autoridades que tienen la obligación de atender a las mujeres en situación de violencia.
¡Hasta que la Justicia se Haga Costumbre!
¡No más impunidad!