Como cada año, en todo el mundo, este 8 de marzo, las mujeres alzamos nuestras voces y salimos a las calles a reivindicar nuestros derechos. Quienes hoy estamos aquí, somos parte de un movimiento fuerte, diverso, crítico y propositivo, unidas por una misma causa: construir una sociedad donde las niñas y las mujeres ejerzamos nuestros derechos a la vida, la libertad y la justicia.
Como movimiento feminista, hemos recorrido un largo camino, con independencia de los gobiernos que se asumen de derecha, de izquierda, liberales o conservadores, hemos impulsamos desde un enfoque feminista, de género, y una visión multicultural que nos incluya a todas estrategias para la prevención y atención de problemas tan sensibles como la criminalización del aborto, la desaparición forzada, la trata de mujeres, la violencia de género y su expresión más grave, la violencia feminicida, también hemos estado para aportar nuestras ideas en la creación de mecanismos institucionales, instrumentos jurídicos, reformas legislativas, planes y programas educativos, de salud, de rendición de cuentas, así como de procuración y administración de justicia.
Hoy estamos aquí y reconocemos nuestro esfuerzo porque a lo largo de la historia, las mujeres hemos apostado desde el conocimiento, el activismo, el compromiso y la experiencia, por la construcción de espacios de diálogo en los cuales proponer acciones para la igualdad y la libertad de las niñas, las jóvenes y las mujeres.
Celebramos que aún en las condiciones más adversas, nuestro movimiento tiene fuerza, energía y congruencia, estamos conscientes de que nuestras aspiraciones confrontan a las estructuras patriarcales que tienen el poder y lo sabemos porque han intentado invisibilizarnos, fracturarnos, acallarnos y nosotras seguimos aquí, sembrando las semillas que darán como fruto un futuro de dignidad para todas las personas.
¡La lucha por los derechos de las mujeres continúa!
Reconocemos que así como hemos avanzado en colocar los derechos de las mujeres en las políticas públicas, los tres órdenes de gobierno; federal, estatal y municipales no han tenido la capacidad o la voluntad de cumplir con la encomienda de salvaguardarlos, están en deuda con las mujeres, pues en Oaxaca:
– De acuerdo a estimaciones de los Servicios de Salud de Oaxaca se realizan nueve mil 200 abortos clandestinos al año, la mayoría en condiciones insalubres e inseguras, que además de criminalizarlas pone en riesgo la vida de las mujeres.
– La violencia patriarcal, que se expresa en el incremento de las desapariciones de niñas, la trata de mujeres y los feminicidios, siguen en completa impunidad.
– Los responsables de procurar y administrar la justicia, actúan con negligencia, burocratizando y obstaculizando el castigo a los responsables, minimizando los crímenes en contra de las mujeres y re-victimizando a quienes sufren la violencia.
– En el periodo del presente gobierno de Alejandro Murat Hinojosa, se han contabilizado 273 mujeres asesinadas y tan solo en lo que va de este año se han registrado 24 feminicidios. Niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres todas, víctimas de una política de estado negligente e insensible.
Por ellas, por sus familias, por nosotras, las organizaciones feministas demandamos:
– La destitución del Fiscal Rubén Vasconcelos Beltrán por su falta de capacidad, uso tendencioso de la información pública y porque las acciones y omisiones generan impunidad y esto lo hace responsable de incremento de los feminicidios en el estado de Oaxaca, vulnerando así el derecho fundamental de que las mujeres vivamos libres de todas las formas de violencia.
– Que la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres se aplique y no quede solo en declaraciones o en nombramiento de comisiones, urge personal capacitado en esos espacios y que se destinen recursos para implementar las acciones correspondientes.
– Que la actual Legislatura despenalice el aborto, dado que es un problema de salud pública con graves consecuencias que se deben atender, desde su criminalización hasta la muerte. Así también, repudiamos la decisión de los legisladores de Nuevo León y de todo el país que buscan el retroceso a nuestros derechos como mujeres.
– Se detenga del encubrimiento de instituciones educativas ante los casos de violencia sexual, acoso y feminicidio.
– Que pare la invasión de megaproyectos en las comunidades y cese la violencia contras las compañeras que luchan ante el despojo de sus terriorios. También, abrazamos a las compañeras zapatistas, sus esfuerzos y nos sumamos a su lucha, no es fácil ir contra una pseudemocracia que nos demuestra que lo único que desean es obtener el poder a costa de nuestras esperanzas.
– El esclarecimiento del asesinato de María del Sol Cruz Jarquín y castigo a los culpables.
Aquí estamos, para reivindicar nuestros derechos como mujeres, en la construcción de una sociedad verdaderamente democrática, por lo que reiteramos:
¡La lucha por los derechos de las mujeres continúa!