Han pasado 25 años desde los trágicos acontecimientos del 22 de diciembre de 1997, en
Acteal, Chiapas, en que 45 mujeres, niñas, niños y hombres murieron a manos de los
paramilitares. 25 años de flagrante impunidad en el contexto de un país que ahora
acumula masacres y asesinatos de forma cotidiana.
Ese, es el saldo que queda, cuando no se reconoce la responsabilidad del Estado y se niega
el derecho a la verdad y la justicia a las víctimas.
Lejos de ver avances, durante estos 25 años de gobiernos, de distintos partidos, que nos
permitieran aspirar a acciones en contra de los autores intelectuales de la masacre; hemos
testificado la liberación de cada uno de los autores materiales reconocidos por los
sobrevivientes. Hemos visto los esfuerzos de diferentes gobiernos por alentar la división
en las comunidades y organizaciones que demandan justicia, y aún entre las propias
víctimas. Hemos atestiguado la continuidad de violencia y el asesinato contra líderes de
los pueblos indígenas que, como Simón Pedro, mantenían una posición de dignidad
luchando por el respeto a sus derechos.
Quienes trabajamos por la construcción de paz debemos reconocer que la lucha de las
comunidades, víctimas y organizaciones indígenas, en contra de la impunidad son la
resistencia en contra de la degradación más profunda de la sociedad, los gobiernos y de
las condiciones de vida digna para todas las personas, a través de la imposición de la
injusticia por medio de la violencia. Es la resistencia en contra de la destrucción del tejido
social que permite que se normalicen más de 100mil desapariciones y 200mil asesinatos
acumulados durante 16 años, sin que pase nada. Sin que haya justicia como en Acteal. Sin
que se detenga el tiempo, ni el mundo, bajo un exasperado grito de alarma que eleve de
nuevo un ¡Ya basta!, todos los días, en todas las personas, a cada segundo.
Como personas constructoras de paz, debemos hoy agradecer y reconocer el gran ejemplo
que la Sociedad Civil “Las Abejas” de Acteal, nos ha dado desde hace más de 30 años.
Reconocer y celebrar la lucha que les permitió liberar a quienes estaban injustamente
presos en 1992 durante su conformación, convertirse en un ejemplo de lucha por la paz
hasta el día de hoy; y resistir ante la impunidad de la violencia perpetrada en su contra el
22 de diciembre de 1997.
Desde la Plataforma para la Construcción de Paz en México, conformada simbólicamente,
en éstas mismas tierras sagradas de los mártires de Acteal, la Casa de la Memoria y la
Esperanza, bajo el testimonio de su organización, celebramos su lucha, asumimos su
ejemplo y nos solidarizamos con sus demandas para que un día la justicia y la paz se
besen.
Muchas gracias
Plataforma para la Construcción de Paz en Méxic