Soledad Jarquín Edgar
La cantera verde pálido de la calle de Alcalá se llenó poco a poco de distintos matices de morado. Era un confeti de un mismo color y distintos tonos en camisetas, blusas, rebozos, gorras, pañoletas, moños, botones, carteles, globos, todo lo que la imaginación permitiera.
El sol del medio día del domingo 27 de septiembre quema la piel pero no el ánimo. Sus voces, en cantos o consignas, llenan poco a poco el espacio y el viento expande un sonido que exige, que demanda; la cantera verde pálido dejó de verse en largos tramos, las mujeres habían llenado la calle y a su paso más y más se sumaban.
Mujeres de morado y lila, así como algunos hombres, que unieron su andar, sus voces, sus fuerzas para gritar, para demandar respeto al derecho a decidir de las mujeres sobre sus cuerpos y repudiar la reforma al Artículo 12 de la Constitución local que protege la vida desde la concepción.
Ahí. estaban las más grandes y las jóvenes, las madres y las hijas, las abuelas y sus nietas. Dos y quizá hasta tres generaciones de mujeres repitiendo los pasos, para unas sin cansancio, para otras en renovada esperanza: ¡Y venga y venga compañera que aquí se está formando para ti una vida nueva!
Ahí, estuvieron las académicas y las universitarias, se recordó el laicismo y a Juárez. Algunas rememoraron el pasado de más de tres décadas y la misma demanda: ¡Oaxaca Juarista reprueba ley machista!
Ahí, cercanas unas de otras, caminaron y gritaron las trabajadoras de la burocracia estatal y municipal, desde directoras y subsecretarias hasta las más comprometidas empleadas gubernamentales: ¡Dueñas de nuestros cuerpos, dueñas de nuestras vidas!
Ahí, sobre la pálida calle de Alcalá caminaron diputadas y regidoras. Mujeres de izquierda: ¡Hombre escucha, apoya nuestra lucha!
Ahí, revueltas entre todas, las mujeres de organizaciones no gubernamentales. Las Lilas, las de Casa de la Mujer, las de Consorcio, las de Gaem, las de Muger, las del Consejo Democrático, de Diversidades, de la Limeddh, las de Amor, las del Colectivo Huaxyacac, de Mujer Nueva, de Naaxwiin, las Nueve Lunas, de la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir, de Servicios del Pueblo Mixe y de la Red de Mujeres Mixes, entre otras muchas, todas en una misma voz:
¡El aborto no es un gusto es el último recurso!¡Dueñas de nuestros cuerpos, dueñas de nuestras vidas!
Ahí, en solitario o en grupo se hicieron tras sus pasos amigas, familias, desconocidas que se reconocieron, mujeres que se unieron, maestras, artesanas, estudiantes de todos los niveles, comerciantes, mujeres de colonias⬦ ¡Anticonceptivos para no abortar, aborto libre para no morir!
Ahí, sobre la amplia calle de Alcalá caminaban las artistas, las mujeres de colores, las mujeres de palabras, las mujeres de las voces: ¡Educación sexual desde el preescolar!
Ahí, las mujeres indígenas de Oaxaca, las mujeres de Oaxaca: ¡Venimos aquí por el derecho a decidir!¡No deben reprimir nuestro derecho a decidir!
Ahí, faltaron muchas, pero las que estaban gritaban y pedían por las ausentes: ¡Si Ulises pariera esta ley no existiera, si Herminio pariera esta ley no existiera!¡ Oaxaca, Oaxaca, esta ley es una caca!
Cuántos somos se preguntaban algunas de las que marchaban. Reporteros y reporteras calculaban, 300 o 500, más o menos. Nadie tenía la certeza, las que iban gritaban fuerte y sólo interrumpieron el tránsito vehicular en una calle de Independencia por unos minutos. Luego entraron sobre la Alameda de León.
Lo que sí se podía contar eran los 25 policías antimotines que presurosos adelantaron sus pasos al contingente, mayoritariamente compuesto por mujeres, porque se temía o temían que pudieran entrar a la Catedral, pues si lo hicieron en el Congreso al tomar la tribuna apenas 20 días atrás, nada les impedía “profanar” el templo católico. El viejo reloj del imponente edificio colonial siguió marcando los segundos, nada pasó. Salvo el acercamiento de la artista Miriam Ladrón de Guevara, mujer-performan que pasó cerca muy cerca de las caras-casco de los policías. Fue ese el instante para las fotografías.
¡Obispos saquen sus rosarios de nuestros ovarios! Gritaron a su paso frente a catedral. Los únicos que escucharon la consigna fueron los policías, muy lejos de ahí, muy adentro, la jerarquía católica en voz del arzobispo José Luis Chávez se daba por aludido y aseguraba que la iglesia católica no cederá a presiones, chantajes ni provocaciones, luego rectificaría «a la iglesia católica no le toca resolver demandas jurídicas o políticas relacionadas con el tema».
Así la marcha llegó al destino del mitin, el templete preparado justo al que fuera el balcón principal del ex palacio de gobierno, hoy convertido en un museo-salón de fiestas, donde dos noches antes Ulises Ruiz se había reunido para cenar con diputados federales y funcionarios. Ahí, mismo durante varias horas las mujeres pidieron, demandaron, exigieron, ahí volvieron sus voces:
Por un lado, la exigencia al presidente de la Comisión Estatal para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca (CEDDH), Heriberto Antonio, para que interponga el recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tras la reforma al Artículo 12 de la Constitución.
Por otro, la controversia de inconstitucionalidad desde los ayuntamientos y amparos personales a la que recurrirán las mujeres oaxaqueñas, porque la reforma viola el derecho de las mujeres a elegir sobre sus cuerpos, “una mentira de los diputados y diputadas del PRI y del PAN decir que con la reforma se protege la vida, porque no se garantiza los derechos humanos básicos en la salud, empleo y alimentación y se pondera la vida del no nacido sobre la existencia de las mujeres”, dijo la abogada Yéssica Sánchez Maya.
Las voces se sumaron, la diputada del PRD, Guadalupe Rodríguez, pidió estar atentas los próximos días cuando se lleven a cabo las reformas al Código Penal, que intenta conmutar las penas de cárcel por jornadas de trabajo a favor de la comunidad “ya se oyen voces por ahí, de Convergencia, quien propone 300 días de trabajo comunitario”, luego explicó que pese a ser minoría seguirá insistiendo en que el derecho a decidir es sólo asunto de las mujeres.
Zenaida Pérez, de la Red de Mujeres Mixes, dibuja una leve sonrisa. Una sonrisa que no se sabe de donde viene. Señala en entrevista que los diputados hacen su trabajo desde el escritorio y que “es penoso” pero no conocen la realidad de las mujeres, de todas las mujeres, pero en especial de las indígenas.
Si se aprueba la sanción comunitaria, explica preocupada, se evidenciará a lo ellos califican como “la pecadora”, “la asesina”, “la mujer que mata a un ser vivo”, “la mujer que no merece vivir”, porque así señalarán a las mujeres en los pueblos, en las comunidades, donde la condena moral será muy grave.
Zenaida explica que existen muchas comunidades indígenas donde las mujeres permanecen sin derechos, como ejemplo cita lo que sucede en San Lucas Comatlán, Mixe, donde ellas no pueden salir ni a la calle, deben permanecer encerradas no pueden asistir ni a la escuela, “y eso no lo saben los diputados y diputadas, eso es lo que tendrían que ver y mejorar”.
Con leyes como las que piensan aprobar los diputados en los próximos días, al reformar el Código Civil y cambiar la sanción de cárcel por sanciones comunitarias, que podrían ser de 300 días, a quienes interrumpan un embarazo, lo que están haciendo es asesinarlas.
La regidora Bárbara García llamó a permanecer alertas porque todavía no termina, pidió no perder la esperanza a pesar de “las expresiones machistas”. Sylvia Bustamante, como ciudadana y no en su calidad de directora del Instituto Municipal de las Mujeres, también pidió no perder el objetivo de esta lucha. Ana María Hernández Cárdenas, de Consorcio Oaxaca, habló de la inconstitucionalidad de la ley antiaborto.
Gloria Zafra, titular del ISUABJO, en entrevista, recordó que este tipo de leyes lejos de resolver el problema favorecerá la muerte de mujeres orilladas a abortar en la clandestinidad.?nbsp; La consejera ciudadana de la CODDH, Susana Chía, invitó para que las mujeres asistan a una sesión de ese organismo que deberá ser pública y abierta, donde discutirán la petición de llevar ante la SCJN el recurso de inconstitucionalidad del Artículo 12 de la Constitución.
A un lado del templete, la licenciada Gabriela León, constituida como Notaria Pública sin número, incansable otorgaba Contratos de Titularidad del Cuerpo a mujeres y hombres que pacientes esperaron en una larga fila.
El contrato señala como único punto “el régimen de autodeterminación y respeto a la dignidad individual, decididos a cumplir sus obligaciones conforme a las normas de civilidad, igualdad ante la ley, diversidad y tolerancia comunitaria, contenidas en la Ley de la armonía ciudadana y la paz social”.
Bordeaban las 15:00 horas cuando la protesta-artística concluyó. En la memoria estaban las consignas ¡Si Ulises pariera esta ley no existiera!
Ahí, revueltas entre todas, las mujeres de organizaciones no gubernamentales. Las Lilas, las de Casa de la Mujer, las de Consorcio, las de Gaem, las de Muger, las del Consejo Democrático, de Diversidades, de la Limeddh, las de Amor, las del Colectivo Huaxyacac, de Mujer Nueva, de Naaxwiin, las Nueve Lunas, de la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir, de Servicios del Pueblo Mixe y de la Red de Mujeres Mixes, entre otras muchas, todas en una misma voz: