Gladis Torres Ruiz Cimac
En México anualmente fallecen mil 300 mujeres por causas relacionadas con la maternidad, mientras que, a nivel mundial, cada minuto muere una mujer por complicaciones durante el embarazo y parto, es decir alrededor de mil 400 cada día, de acuerdo con el Informe de Avance 2005 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en México.
En México, el 75 por ciento del total de este tipo de defunciones se concentraron en 12 de las 32 entidades federativas, principalmente en el centro y sureste del país.
De acuerdo con la encuesta nacional de Fecundidad y Salud de México, en las comunidades menores de dos mil 500 habitantes, el 44.5 por ciento de los partos son atendidos por parteras y, aún en poblados de dos mil 500 a 20 mil habitantes, la atención que ofrecen es del 23.7 por ciento.
Por otra parte, la Secretaría de Salud reporta la existencia de 22 mil parteras que atienden cada año a 370 mil mujeres, que curan a las familias, aconsejan sobre planificación familiar en lugares donde ningún médico llega, pero destaca la atención que brindan en alumbramientos de alto riesgo y no se cuenta con los recursos suficientes.
Si los sistemas de salud se apoyaran en las parteras o enfermeras obstétricas, salvarían la vida de cinco millones de mujeres en el mundo y se prevendrían 80 millones de complicaciones por embarazo y parto hasta el 2015, de acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
En México, el quehacer de las parteras tradicionales ha sido históricamente minimizado, en tanto que las enfermeras parteras tampoco tienen valor en el sistema sanitario, pese a que en México estas mujeres atienden el 30 por ciento de los nacimientos.
Las evidencias científicas muestran que las parteras son vitales para conservar la salud materna.
«Combatir la escasez de parteras mediante la educación y entrenamiento en lugares donde faltan los servicios, nos acercaría mucho más a lograr la Meta de Desarrollo de Milenio sobre mortalidad materna», indica la directora ejecutiva del UNFPA, Thoraya Ahmed Obaid.
En México el 50 por ciento de las muertes maternas en zonas rurales es producto de emergencias obstétricas, debido a la dispersión de las comunidades y la lejanía de las clínicas de atención medica de ellas, por ello resulta indispensable el servicio de las parteras rurales.
La importancia de las parteras rurales radica en el número de mujeres embarazadas que atienden, pues de acuerdo con cálculos gubernamentales cada una de ellas atiende al menos 6 partos anuales.
Virginia Camacho, asesora regional de la OPS para la Iniciativa para la Reducción de la Mortalidad Materna, informó durante la presentación de la cuarta edición del libro Partería Profesional, que alrededor de 50 millones de mujeres en el mundo experimentan una complicación seria en su embarazo, y más de medio millón muere como consecuencia de que la emergencia médica no es atendida.
Por su parte Averting Maternal Death and Disability Program, instancia internacional involucrada en la promoción de una maternidad segura, apunta que un embarazo, parto o postparto, pueden ser tratados por una partera profesional, y de igual manera pueden atender los casos de complicaciones obstétricas.
Con ello constatamos que en el ámbito de salud reproductiva, las parteras tradicionales desarrollan en el medio rural e indígena un papel significativo en la atención de las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio.